¿Recordáis cuando estudiabais los elementos de la comunicación? Emisor, receptor, canal y mensaje… A simple vista parecía sencillo, pero está claro que la comunicación entre dos personas muchas veces está condicionada por otros factores.
El análisis transaccional propuesto por el psiquiatra EricBerne, y que se engloba dentro de la psicología humanista,busca facilitar el análisis de las formas en que las personas interactúan entre sí, mediante transacciones psicológicas.
Hace muuuuchos años, un amigo psicólogo me recomendó el libro de Jose Luis Martorell Ypiens “ Que nos pasa una y otra vez”… hace años que el libro está descatalogado pero el contenido sigue siendo de gran utilidad para descubrir esta especie de bucles endemoniados en los que acabamos una y otra vez. Por ejemplo dentro de la familia ¿por qué empezamos las misma discusión mil veces sabiendo lo mal que nos sentimos? Seguro que más de una vez habéis pensado que no volveréis a reaccionar de esta manera… y al cabo de pocos días la situación se repite, cualquiera diría que estamos viviendo el día de la marmota!!!!!!
El post de hoy, quizá muy teórico, dicho sea de paso, puede seros de gran ayuda sobretodo porque el “idioma” que habla el emisor condiciona totalmente la respuesta del receptor.
Vamos por partes, el análisis transaccional define tres estados de YO:
PADRE: es quien nos dice lo que se debe hacer. Las normas culturales, sociales, morales y en definitiva los valores que no hemos sometido a análisis pertenecen a este estado. Además diferenciaremos entre padre crítico y padre protector.
NIÑO: representa una forma de pensar, sentir y comportarnos en la que la experiencia es subjetiva, predomina la afectividad, las emociones, la expresividad y la intuición.Cuando utilizamos todos estos recursos para hacer frente a las situaciones, decimos que utilizamos nuestro Niño. Podemos encontrar el niño natural, el adaptado sumiso y el adaptado rebelde.
ADULTO: cuando actuamos atendiendo a los datos objetivos de la realidad, evaluando pros y contras, y previendo consecuencias estamos actuando con nuestro adulto.
Estos tres estados del YO se encuentran presentes en cada uno de nosotros y se manifiestan en las diferentes situaciones.
Por lo tanto, cuando nos comunicamos con alguien, podemos emitir nuestro mensaje desde cualquiera de los YO que hemos visto. En función de cómo emitamos el mensaje nuestro receptor reaccionara desde un estado de su YO diferente.
La mejor forma de entenerlo es con un caso practico!, asi que os explicare un episodio entre un paciente mio y su hijo.
El padre de unos 45 años y su hijo de 15 son muy aficionados a las motos de montaña y un fin de semana estaban disfrutando de su afición favorita. Ademas de las motos con las que hacen excursiones, el padre conserva una moto antigua de trial. Es de aquellos vehiculos duros y pesados que se fabricaban hace mas de 30 años, pero a la vez es bonita, y hasta tiene un aire majestuoso, señorial.
La questión es que su hijo quiso probarla, así que después de las rutinarias palabras para que tubiese cuidado, que aquella moto es muy diferente , mas dificil de conducir etc.. y unas instrucciones para la compleja tarea de ponerla en marcha salio a dar una vuelta.
Pasaron los minutos y su hijo no volvía y empezó la preocupación, llamadas al movil sin respuesta, la espera se le hizo larga… al fin una llamada en la que el niño exhausto dice:
«Papá, ven a ayudarme, he parado la moto para saludar a un amigo y no consigo ponerla en marcha!!!»
En ese momento se produjo el episodio que tiene que ver con nuestro tema de hoy. La reacción del padre fue decir:
» ya te o decia yo, esta es una moto para hombres, no para niños!!!» Apareciuó el PADRE CRITICO !
Cual fue la respuesta del hijo?
Pues, como veremos en el cuadro que os adjunto mas adelente, podria haber sido la de un hijo sumiso, un hijo rebelde o incluso la de un padre crítico que se enfrenta a otro padre crítico.
En nuestro caso la respuesta fue la de un HIJO REBELDE que mostro su enfado ante el mensaje de su padre.
Justo al escuchar la respuesta, mi paciente se decía a si mismo, «por que otra vez he vuelto a caer en el mismo error?»
Si analizais el mensaje emitido, y el YO desde el que se emitió, vereis que la respuesta no se puede realizar desde una posición diferente.
Así pues el estado del emisor de un mensaje condicionara la respuesta segun el cuadro que os adjunto.